Vanesa Robles, Maspormas.- Es cuestión de vida o muerte; esa es la razón por la cual el medio ambiente natural y los servicios que nos ofrece (oxígeno, agua, biodiversidad, paisaje) deberían importarnos. Lo curioso es que nos han hecho creer que no hay más allá de otros ambientes: el económico y el político. El económico ocupa un cacho importante de nuestra vida porque la mayoría vivimos al día, si bien nos va. Al político, los medios de comunicación lo hemos plagado de declaraciones falsas, demagógicas y sin significado para los de a pie.
Hace unos días el director de Instituto Corazón de la Tierra, Alejandro Juárez, reclamaba, en el Facebook, que un suplemento especial sobre el segundo informe de gobierno, que publicó un diario local, no hizo una sola mención a los temas de la naturaleza. Quizá la razón es que no están en la mente de casi nadie. Quizá es que, aunque la Secretaría del Medio Ambiente y Desarrollo Territorial de Jalisco (Semadet) hace una autoevaluación optimista y su responsable, Magdalena Ruiz, afirma que el gobernador Aristóteles Sandoval es un apasionado del tema, la realidad es otra.
Habría que recordar que el mismo gobernador que había jurado que no se construiría la presa El Zapotillo, ahora jura que el embalse es lo único para salvar a la metrópolis de una sed que ha sido provocada por fugas en los drenajes. Es de sabios cambiar de opinión, pero no es de sabios hacerlo cuando hay evidencias de que El Zapotillo nunca se llenará; desecará a una de las regiones alimentarias más importantes del país, y sólo servirá para llenarle la cartera a una trasnacional española, Abengoa, socia de una nacional desprestigiada porque pertenece a la familia Hank, cuya riqueza es más dudosa aún.
Se dice que para no quemarse y no perder la imagen de “buena imagen”, el gobierno de recurrirá a la ayuda de la UNOPS, una agencia de gestión de las Naciones Unidas, “con probada experiencia y conocimientos técnicos para incrementar la rapidez, costo-eficiencia y sostenibilidad […], a menudo en algunos de los entornos más desafiantes del mundo”.
Pero, al grano. Voy a hablar de algunos logros ambientales del gobierno de Jalisco en 2014, según el segundo informe.
Se puso como meta la operación de 97 plantas de tratamiento de aguas residuales (en 2012 había 49 plantas). Ahora hay 42 plantas. Explicación: falta de recursos económicos y de personal técnico calificado. Se prometió llegar a dos mil hectáreas de áreas forestales comerciales. Logró 178. Explicación: “escasez de solicitudes de apoyo [“pos no pidieron”]. Insuficiencia de semilla y planta”. Su objetivo era reforestar 27 mil 432 hectáreas. Nomás reforestó 9 mil 153. Explicación: idéntica que la anterior. Se fijó que 76.5% de empresas cumpliera las normas ambientales (73 % cumplía en 2013). Logró que sólo 70% estuviera bajo regla. Explicación: “depende del cumplimiento de los particulares”.
Colofón: En 2013, Jalisco ocupaba el décimo lugar del índice de manejo sustentable del medio ambiente del Instituto Mexicano para la Competitividad, AC. Quería ser el noveno.
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Crónica de sociales 